Es una enfermedad viral que provoca la inflamación del hígado.
El virus de la hepatitis A se contagia a través del consumo de agua contaminada con materia fecal de personas infectadas, o de alimentos crudos lavados con aguas contaminadas o preparados por personas infectadas. También se transmite entre personas en situaciones de malas condiciones de higiene.
En general no presenta síntomas, sobre todo cuando afecta a los niños más pequeños. Si los hay, en una etapa inicial pueden ser: fiebre, cansancio, náuseas, vómitos y diarrea. Pasadas 1 o 2 semanas, la inflamación del hígado puede manifestarse como ictericia (color amarillento en la piel y las mucosas).
La hepatitis A normalmente dura de 3 a 6 semanas, pero los síntomas pueden continuar o reaparecer y mantenerse durante 6 meses.
En la Argentina esta enfermedad constituye el 90% de las hepatitis agudas que afectan a los niños.
Los pequeños tienen un riesgo particular de infección al ser poco conscientes de las precauciones higiénicas.
Desde la incorporación de la vacuna contra la hepatitis A en el Calendario Nacional de Vacunación en junio de 2005, se registró una disminución marcada de pacientes con esta enfermedad y no se documentaron casos de insuficiencia hepática ni trasplantes hepáticos a causa de este virus.