La rabia humana-animal es una enfermedad viral aguda y mortal. La manifestación clásica es la encefalitis. La gravedad depende de la localización y de la cantidad de partículas virales inoculadas. Mayor será la gravedad cuanto más cerca del cerebro esté la lesión.
Las personas adquieren rabia por la inoculación del virus a través de la mordedura o arañazo de un animal infectado. Los perros y gatos son los reservorios más comunes. Otros animales silvestres como los murciélagos, coatíes, monos y zorros también transmiten el virus.
Los más frecuentes son hiperexcitabilidad creciente, fiebre, delirio, espasmos musculares, convulsiones, alteraciones cardiorrespiratorias y coma. La muerte ocurre en un período de 5 a 7 días.
Teniendo en cuenta que los animales domésticos son los principales transmisores de la enfermedad, la vacunación de los perros y mascotas es la mejor medida preventiva.
Si una persona sufre una herida o mordedura por un animal sospechoso, lo primero que debe hacer es limpiarla de modo adecuado y consultar de inmediato al médico. El profesional de la salud revisará los antecedentes de vacunación y decidirá la necesidad de administrar la vacuna antirrábica y, en caso que corresponda, la administración de gammaglobulina. El médico también examinará los antecedentes de inmunización antitetánica y la necesidad de indicar tratamiento antibiótico para prevenir infecciones.