Es una enfermedad producida por las esporas de la bacteria Clostridium tetani.
Las esporas están presentes en el suelo, superficies de objetos y dientes de los animales, y penetran en el cuerpo a través de heridas. Una vez en el cuerpo, las esporas liberan bacterias que se diseminan y producen una neurotoxina. La toxina produce un bloqueo en la trasmisión de las señales nerviosas entre la médula espinal y los músculos, lo que provoca espasmos musculares. La incubación es de 7 a 21 días.
El cuadro empieza con contracciones en diferentes grupos musculares, como por ejemplo, mandíbula, tórax, cuello y espalda. Estas contracciones pueden prolongarse hasta producir fracturas y desgarros. Por último, pueden afectarse los músculos respiratorios y producir la muerte. Otros síntomas que pueden darse son babeo, sudoración excesiva, fiebre e irritabilidad.
No hay un tratamiento específico para esta enfermedad, sólo se realiza uno sintomático. La mortalidad puede llegar hasta un 25%. Es por esto que la prevención por medio de la vacunación es de suma importancia.
La vacuna antitetánica puede aplicarse sola o en forma combinada con otras, conformando las siguientes vacunas: doble adultos, triple bacteriana, triple bacteriana acelular, cuádruple, quíntuple o séxtuple. Todas estas vacunas son efectivas y seguras.